"Esta es la mejor oferta que tendrás. No te diré que puedes salvarte porque no puedes salvarte"

La teoría que nos llevo a la crisis (I): Expectativas racionales



0 comentarios

Para comprender mejor la crisis financiera que estalló en septiembre de 2008 con la quiebra de Lehman Brothers es necesario conocer qué fondo teórico había en la situación anterior. En un marco de estabilidad, se produjo una progresiva desregulación del sector financiero, que buscaba una disminución de los costes de la financiación para el conjunto de la economía. 

El funcionamiento de los mercados hasta la crisis financiera se ha basado en supuestos teóricos procedentes del neoliberalismo económico. Con la crisis del petróleo en 1973 y la incapacidad del keynesianismo, doctrina económica imperante desde la Gran Depresión, para explicar la conjunción de paro e inflación (estanflación) hizo que surgiesen fuertes críticas en su contra, principalmente por parte del monetarismo, rama dentro de las escuelas neoclásicas, procedente principalmente de la Escuela de Chicago, con autores como Milton Friedman, George Stigler o Robert Lucas. El neoliberalismo pasó a convertirse en la doctrina de referencia en la política económica de las principales economías mundiales, dando origen a un periodo de desregulación de los mercados a favor de un mayor liberalismo.

Uno de los puntos de apoyo de estas ideas se encontraba en la hipótesis de las expectativas racionales. En general, las expectativas constituyen un elemento primordial a considerar en las decisiones sobre política económica, puesto que sin lugar a dudas influyen en el comportamiento económico de los individuos. Las expectativas reflejan cierto estado del conocimiento o grado de convicción sobre las consecuencias que implicaría la decisión de tomar una acción en particular, a la vez que, a través de ellas, se intenta prever el curso futuro de los acontecimientos en el ámbito económico.

La hipótesis de las expectativas racionales considera las expectativas como predicciones sobre sucesos futuros hechos con una base de información disponible. Las cantidades y precios observados en los mercados se toman como el resultado de decisiones de agentes racionales que buscan su propio interés individual. Esta hipótesis subraya la importancia de las expectativas en el comportamiento de los agentes económicos, puesto que muchas de sus decisiones se refieren al futuro. Si los agentes conocen la economía y utilizan eficientemente la información, son capaces de neutralizar el efecto de cualquier política económica.

También supone que los agentes económicos consideran toda la información relevante sobre el pasado, presente y futuro, que se encuentre disponible en el momento de tomar las decisiones. Además supone que los sujetos conocen el sistema económico, su estructura y funcionamiento, de manera que actúan con racionalidad, formando sus predicciones de acuerdo a la predicción que resultaría de aplicar un modelo económico apropiado a la situación.

A simple vista, esta teoría parece no cumplirse en la realidad, pues la capacidad de los agentes para anticipar los efectos es bastante limitada, al menos a nivel general. En la siguiente entrada, los siguientes puntos.

Entradas similares| 

0 comentarios:

Publicar un comentario

newer post older post