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Vuelve la crisis de los alimentos (II): Causas



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Crisis alimentos
En la anterior entrada, puse los datos relativos a los precios de los distintos alimentos que más están creciendo (sin contar productos derivados como aceites), donde se pudo observar que principalmente aumentaban los llamados alimentos de grano, si bien se les han unido algunos productos como la ternera. ¿Qué se encuentra detrás de estas crisis? Varios factores:

1.- El desarrollo de países como China e India, que si bien no es determinante, sí influye. El crecimiento de la riqueza lleva a cambios en la dieta hacia aquellas con más presencia de productos cárnicos. ¿Qué tiene que ver esto? Puesto que se ha de abastecer una mayor demanda de carne, hay que alimentar a más ganado a base de grano, y aquí está el punto. Se estima que para producir un kilo de carne de vacuno hacen falta siete kilos de cereales como pienso. 

2.- Caída de la producción de cereales, en 2005 y 2006 se redujo la producción por malas cosechas, al igual que en 2011, donde Estados Unidos, principal productor agrícola mundial, ha sufrido la mayor sequía en años. Esto en teoría no tendría un efecto elevado, puesto que el cereal es almacenable y todos los países disponen de reservas para suplir un aumento de los precios, sacando al mercado reservas para bajar el precio. El problema es que con el tiempo, estas reservas se han minimizado. Unas menores reservas, junto con caída de la producción, lleva a una escasez relativa que eleva los precios.

3.- Aumento de los precios del petróleo, que tiene un efecto clásico de aumento de costes: un aumento del precio del combustible lleva a un aumento de los costes de producción, que se traslada al precio. El precio del petróleo subió con fuerza antes de la caída de Lehman Brothers para caer después, pero está repuntando de nuevo.

4.- Los biocombustibles, que si bien son una fuente de energía renovable y de futuro, tiene el problema de que depende de la provisión de materia prima agrícola. Sin embargo, el coste de producción es muy elevado, y sólo rentable si el precio del barril de petróleo supera los 60 dólares, como así ha sido. El etanol se puede producir con varios productos orgánicos, siendo uno de ellos el maíz. En EEUU se ha dado una redistribución de los cultivos: puesto que la demanda del maíz para biocombustibles ha crecido, se destinaron más tierras a su producción en lugar de trigo y soja. Fuerte demanda de maíz, disminución de la oferta de trigo y soja es igual a una subida de precios. Según el FMI, los biocombustibles están detrás del aumento del 70% de los precios del maíz y del 40% de la soja . El petróleo ha generado un nuevo vínculo con el mercado agrícola, no sólo a través de los costes, sino a través del biocombustible.

5.- Las decisiones de política de restricción de exportaciones de algunos países. Esto afecta principalmente a la subida del precio del arroz, ya que fueron China, Vietnam, Egipto y Camboya (que representan el 40% de las exportaciones de arroz) los países que aplicaron restricciones a la venta para aumentar sus reservas de arroz y evitar que las subidas de precios afectasen a su población, fuertemente dependiente de este producto. Esto redujo la cantidad de arroz disponible a nivel mundial, forzando al alza sus precios, siendo la subida más espectacular.

6.- Repercusión sobre los productos cárnicos, que a diferencia de 2007-2008 sí registran alzas (en la ternera más brusca y en el pollo sostenida) la repercusión directa de los precios del grano es un aumento de los costes del alimento para ganado. A esto se une la retirada se subvenciones en la UE en el caso de la ternera y la limitación de importaciones, generando una menor producción y mayor escasez.

7.- La especulación, factor de controversia y si bien no el detonante, sí ha contribuido en gran parte. Tras la caída de los mercados de bonos, acciones e hipotecas, se produjo un aumento de la entrada de flujos financieros en los mercados de materias primas y alimentos, ya que en tiempos de crisis económica, las inversiones suelen redirigirse hacia aquellas que están respaldadas por activos tangibles, como es el caso del oro, y sobre las cuales hay expectativas de crecimiento de los precios, como fue el caso de los alimentos por las causas anteriormente citadas.

Los futuros y opciones han sido tradicionalmente los instrumentos de gestión del riesgo que han tenido los participantes en el mercado, tales como agricultores, elaboradores, productores y comerciantes (operadores comerciales) ante las fluctuaciones de los precios en el futuro para obtener un rendimiento cierto en el futuro. Estos mercados ayudan a la determinación de precios, basados en las expectativas sobre las cosechas y factores de demanda. Sin embargo, la especulación consiste en la obtención de beneficios en base a variaciones futuras de los precios, asumiendo un riesgo por ello, actividad realizada por especuladores e inversores institucionales (operadores no comerciales). Es este segundo tipo de contrataciones a futuros la que ha traído inestabilidad en el mercado, puesto que el aumento de los flujos financiero puede derivar en un aumento de la volatilidad de los precios y puede hacer que la función señalizadora de los futuros se distorsione, haciendo que la asignación de recursos pueda ser ineficiente y disminuyendo su utilidad como instrumentos de gestión del riesgo.


El volumen de operadores no comerciales en el mercado de futuros con posiciones largas, síntoma de la especulación, ha crecido en los años precedentes al alza de precios. Según datos de la FAO, entre 2005 y 2008 los operadores no comerciales doblaron prácticamente su proporción de intereses abiertos en los mercados de maíz, trigo y soja. Pese a estos datos, existe fuerte controversia entre qué papel ha jugado la especulación: causante o síntoma del alza de precios de los alimentos y de la disfunción de los mercados de materias primas agrícolas.

Algunos expertos apuntan a que han sido los flujos de carácter especulativo procedentes de fondos de inversión y otros inversores similares los que han llevado al alza de precios, aumentando la volatilidad e impidiendo que los contratos de futuros cumplan su función de cobertura de riesgo. Otros autores como Paul Krugman sin embargo apuntan que las rigideces en la oferta de cereales, puesto que la producción agregada de maíz, arroz y soja se estancó en 2006 y 2007, unido al aumento de la demanda han desembocado en un aumento de los precios. Esto se ha reflejado en una disminución de las existencias, mientras que si hubiese presión especulativa hubiese generado acumulación de las mismas por la expectativa de vender las mismas a un precio más alto en el futuro. Es por ello que la determinación de si se trata de causa o consecuencia es difícil de determinar, si bien es un factor importante que ha ayudado al aumento en los precios.

En la última entrada, pondré de manifiesto cuáles son los ganadores y perdedores con esta crisis y las conclusiones de la tríada de entradas.

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Más información| IFPRI, FAO

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