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Conceptos de la crisis: Déficit público



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Un tema recurrente en la crisis, especialmente en la española, es el déficit público, que a grosso modo es la diferencia entre ingresos y gastos del Estado. Sin embargo, es posible desgranar esta cifra para obtener diferentes indicadores. También es preciso saber a qué déficit nos referimos, puesto que puede ser el déficit de la Administración Central del Estado, Comunidades Autónomas, etc. o la conjunción de varios de ellos. Por ello, conviene poner algo de luz en el tema.

En primer lugar, hay que definir tres variables esenciales para saber a qué clase de déficit nos referimos:
  • Sujeto institucional: podemos referirnos al saldo presupuestario de cada uno de los agentes del sector público (Estado, Seguridad Social, Comunidades Autónomas, Corporaciones Locales) de forma aislada o al saldo del presupuesto consolidado de parte o de todos los agentes del sector público. Así, en el último caso podemos estar interesados en conocer el saldo de las Administraciones Públicas Centrales o de las Administraciones Públicas en su conjunto. En el caso de las cifras de déficit se hace referencia al déficit consolidados de todos de los agentes del sector público.
  • Imputación temporal de ingresos y gastos: se pueden utilizar el criterio de devengo o el criterio de caja. El primero de ellos hace referencia al momento en el que se genera un derecho de cobro u obligación de pago, independientemente de cuándo se produzca el pago de efectivo. Por contra, el criterio de caja hace referencia a las entradas y salidas de efectivo. Dependiendo de la finalidad para la que se calcula el saldo, será más adecuado un criterio u otro. Si de lo que se trata es de cuantificar los efectos del saldo sobre los mercados financieros, es más relevante el criterio de caja. En cambio si se desea conocer la relación del saldo presupuestario con las variables macroeconómicas reales, sería más recomendable la utilización del criterio de devengo. No obstante, en la realidad es muy difícil, por no decir imposible, la utilización exclusiva del criterio de devengo. En el caso español, por los criterios de Maastricht se utiliza el criterio de devengo.
  • Partidas de ingresos y gastos que se incluyan para calcular el saldo: podemos distinguir, en un primer momento, saldos calculados a partir de la contabilidad presupuestaria o a partir de la contabilidad nacional. En el primer caso se puede calcular: el saldo no financiero como diferencia entre ingresos y gastos de los siete primeros capítulos del presupuesto; el saldo no financiero sin cargas financieras, que sería el anterior al que se le han restado, por el lado de los gastos, los intereses de la deuda; la necesidad de financiación, que se calcula como la diferencia entre los ingresos, excluido el capítulo IX (variación de pasivos financieros) y el total de los gastos. A partir de las Cuentas Nacionales el saldo más apropiado es el de la cuenta de capital, calculado según los criterios del SEC (Sistema Europeo de Cuentas Económicas Integradas). Este concepto de saldo y de déficit, en su caso, es el que más se aproxima al que se tiene en cuenta para el cumplimiento de los criterios de Maastricht. A partir del saldo total se puede calcular el déficit o superávit primario mediante la exclusión por el lado de los gastos de los intereses de la deuda.
Una vez hemos definido el tipo de déficit al que nos queremos referir, vamos a profundizar en los tipos de saldos que se pueden calcular para el déficit general del Estado.

  • El saldo total es la diferencia entre ingresos y gastos públicos.
Dentro de este, podemos hacer varias separaciones. La primera de ellas disecciona la parte del déficit en función de si es una parte debida a la estructura económica del país o al ciclo económico.
  • El saldo cíclico es aquella parte del saldo total que  desaparecería si la economía estuviera creciendo a su nivel potencial o tendencial, debido a la acción de los estabilizadores automáticos.
  • El saldo estructural es el que resulta después de haber eliminado, tanto por  el lado de los gastos  como por el de los ingresos, el componente cíclico.

La segunda de ella, separa el gasto de intereses del saldo total, obteniendo dos saldos.
  • El saldo primario es el saldo total al que se le resta la carga de intereses. Dicho saldo primario tiene un significado político en cuanto que nos informa de cuál hubiera sido el saldo sin la herencia de los déficits de presupuestos anteriores, que son los que ha originado la deuda pública actual sobre la que hay que pagar la carga de intereses.  
  • El saldo estructural primario resulta clave para conocer el esfuerzo que un país está realizando para reducir el déficit no sólo conocer cual hubiera sido éste sin la herencia pasada (de lo que nos informa el saldo primario), sino también  descontando el efecto favorable o desfavorable de la coyuntura. Se puede calcular de dos formas: a partir del saldo estructural, restando, como en el caso anterior, la carga de intereses, o a partir del saldo primario, restando el componente cíclico. 
Para verlo mejor, pongamos un ejemplo de las cifras de déficit de España:
La primera columna es la evolución del déficit total del Estado para los distintos años. Este saldo lo podemos desagregar en componente cíclico y saldo estructural. El primero de ellos, vemos cómo su evolución fue positiva hasta la crisis, momento en el que se desploma, pues recoge por ejemplo la recaudación impositiva y el gasto en desempleo. En el caso del saldo estructural, se obtiene descontando el componente cíclico.

En cuanto a la carga de intereses, se constata como la entrada del euro hizo caer el coste de la deuda, aunque con el inicio de la crisis ha aumentado (y en 2012 aún más). Eliminado este componente, se obtiene el saldo primario, que refleja el esfuerzo por la reducción del déficit, pues elimina la "herencia", que se refleja en la deuda que un Gobierno hereda y tiene que pagar, aunque no la hayan contraído ellos. Por último, descontando de este último saldo el efecto del ciclo, tenemos el saldo estructural primario.

La consecuencia del déficit se refleja en la deuda, pues el exceso de gasto se ha de financiar con nueva deuda o con nuevo dinero, y puesto que la capacidad de imprimir dinero la tiene el BCE, España sólo puede emitir deuda para cubrir este déficit.

1 comentarios:

Unknown at: domingo, febrero 12, 2017 dijo...

Hola, tema interesante, muy agradecido de las explicaciones.
Precisamente estoy intentando obtener un calculo del deficit aproximado que sea un dato real para poder entender mejor ciertos movimientos presupuestarios y estar a salvo de informaciones que toman datos parciales según convenga a los políticos. Parto de los presupuestos generales del estado consolidados, que están disponibles, pero por ejemplo en el 2015 no llego a los 55kM€ comúnmente aceptados, hay algun método sencillo para conseguirlo. Mil Gracias!

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